Qué precioso, es orar en la noche,
Cuando todo, en silencio ya está,
Y sentir las caricias de Cristo,
Del que todo con amor nos da.
Y contarle todas nuestras penas,
Al que puede aliviar el dolor,
Y por eso en las noches me entrego,
A la dulce y sublime oración.
CORO
Que preciosas las noches en vela,
Que pasamos con nuestro Señor,
Extasiados en quien nos consuela,
En su santo regazo de amor.
II
Cuando pienso que me encuentro solo,
Y que nadie escucha mi voz,
Me refugio en los brazos de Cristo,
Y me siento feliz con mi Dios.
Solo él que comprende mis penas,
Puede darme consuelo y valor,
Y por eso en las noches me entrego,
A la dulce y sublime oración.
CORO
Que preciosas las noches en vela,
Que pasamos con nuestro Señor,
Extasiados en quien nos consuela,
En su santo regazo de amor.