Pensar que mi Jesús habitaba en tu alma,
Y su divina gracia te brindaba esperanza,
Y su divina luz te daba inmensa calma,
Pero al hacer el mal, ofendiste su amor,
Y se fue de tu alma.
CORO
Pensar que tú gozabas de todas sus bondades,
Qué bellas bendiciones que él con amor te daba,
Pero tú lo cambiaste por el placer mundano,
Y hoy te ven por ahí, triste, errante y sin Dios,
Sin encontrar alivio.
II
Pero no es tarde aún, para que tú regreses,
Los brazos de mi Cristo aún siguen abiertos,
Y hoy puedes reanudar la senda que dejaste,
Ven pronto que Jesús quiere de nuevo estar,
Muy dentro de tu alma.
CORO
Pensar que tú gozabas de todas sus bondades,
Qué bellas bendiciones que él con amor te daba,
Pero tú lo cambiaste por el placer mundano,
//Y hoy te ven por ahí, triste, errante y sin Dios,
Sin encontrar alivio//.