Al contemplar los cielos y la tierra,
Cuando miro el paisaje y la mar,
Por las noches contemplo las estrellas,
Por las mañanas de las aves el trinar,
Cuando él miró el sol que asoma en la colina,
Puedo admirar lo que mi Dios creo,
//Y es que tengo que decir desde mi alma,
Como mi Dios, no hay Dios como mi Dios//.
II
Cuando Elías se enfrentó a los profetas,
Que pedían fuego fuego a ball,
Herían sus cuerpos hasta hacerlos sangrar,
Pero no vieron fuego de su dios enviar,
Pero Elías muy sereno miro al cielo,
Y en confianza fuego a su Dios pidió,
//Rápidamente de los cielos bajo el fuego,
Como mi Dios no hay Dios como mi Dios//.
III
Muchos sirven a dioses de madera,
Dioses de yeso y hasta de metal,
Que no ven no oyen y no hablan,
Como no andan los tienen que cargar,
Pero mi Dios tiene su trono allá en el cielo,
Es un Dios vivo que escucha la oración,
///Y a la presencia de mi Dios tiembla la tierra,
Como mi Dios no hay Dios como mi Dios///.