Un día atribulado por densas tentaciones,
Sentí en carne propia la muerte espiritual,
//Caí yo de rodillas pedí llorando a Cristo,
Que en su misericordia perdone mi maldad//.
II
Tú eres el camino tú eres también la vida,
Tú puedes libertarme de este terrible mal,
//Jesús tú puedes guiarme para tener derecho,
Al reino de los cielos por la eternidad//.
REPETIR I
Un día atribulado por densas tentaciones,
Sentí en carne propia la muerte espiritual,
//Caí yo de rodillas pedí llorando a Cristo,
Que en su misericordia perdone mi maldad//.
REPETIR II
Tú eres el camino tú eres también la vida,
Tú puedes libertarme de este terrible mal,
//Jesús tú puedes guiarme para tener derecho,
Al reino de los cielos por la eternidad//.