Hay una senda que el mundo no conoce,
Hay una senda que me pudo salvar,
//En Cristo tengo la salvación de mi alma,
Cristo es la senda que me puede salvar//.
II
Andaba yo por sendas extraviadas,
Que con el tiempo me causaron dolor,
//Arrepentido de haber pecado tanto,
Enjugo el llanto y vengo a ti Señor//.
III
Mis familiares, amigos y parientes,
Fueron las gentes que yo relacioné,
//Me aborrecieron por causa de su nombre,
Cuando supieron que a Cristo me entregué//.
IV
Aquel camino de tantos sufrimientos,
Aquel camino que el mundo me trazó,
//Fue transformado en aquel feliz momento,
Cuando mi Cristo a mí me redimió//.
V
Por fin llegué Señor a tu morada,
Para que cumplas en mí tu voluntad,
//Arrepentido de haber andado tanto,
En Cristo tengo salud y libertad//.
REPETIR I
Hay una senda que el mundo no conoce,
Hay una senda que me pudo salvar,
//En Cristo tengo la salvación de mi alma,
Cristo es la senda que me puede salvar//.