En el rincón del abandono había una vez,
Muchas cosas que no servían y yo me preocupe,
Entre ellas una vasija que en pedazos cuide,
Esparcida por todos lados, en lo oscuro de aquel rincón,
Cuando ya nadie le mira, porque no tiene valor,
Solo pedazos de una vasija, regados en un rincón.
II
//Pero un día alguien ha entrado, en aquel rincón,
Y recogió todos los pedazos pues para él tenían valor,
Los tomó entre sus brazos, y con amor les consintió,
Dando calor en su regazo nueva vida les impartió,
Cuando todos se reían por la actitud que las unió,
Pedazos que no servían vino Dios y les dio valor//.
III
Así era la vida mía, olvidado en un rincón,
Pedazos que no, no servían, vino Dios y les dio valor,
Así era la vida tuya, olvidados en un rincón,
Pedazos que no servían, fue los que recogió el Señor.
Así era la tuya, olvidado en un rincón,
Pedazos que no servían, vino Dios y les dio valor,
Vino Dios y les dio valor,
Oh que amor mi Jesús, oh que amor.