Eran cien ovejas que había en el rebaño,
Eran cien ovejas que amante cuido,
Pero en una tarde al contarlas todas,
Le faltaba una, le faltaba una y triste lloró.
CORO
Las noventa y nueve dejo en el aprisco,
Y por las montañas a buscarla fue,
La encontró gimiendo temblando de frío,
Ungió sus heridas la cargo en sus brazos y al redil volvió.
II
Esta misma historia vuelve a repetirse
Todavía hay ovejas que errabundas van,
Con el alma rota van por los collados,
Temblando de frío bagando en el mundo, sin Dios y sin Fe.
CORO
Las noventa y nueve dejo en el aprisco,
Y por las montañas a buscarla fue,
La encontró gimiendo temblando de frío,
Ungió sus heridas la cargo en sus brazos y al redil volvió,
Ungió sus heridas la cargo en sus brazos, y al redil Volvió.